¿Vivirán los salvados el Milenio en el Cielo o en la Tierra?
Versión 01-06-2013
Carlos Aracil Orts
1. Introducción
Hola, estimada hermana Rosa, le agradezco la buena valoración que hace de mi última publicación: El dragón, la bestia, los reinos mundiales y el Reino de Dios.
«Hola hermano Carlos. Muy interesante su publicación. Me queda una duda, el milenio será en el cielo o en la tierra?
Creo que ya le comenté que no comparto lo del rapto secreto, pero me quedó esa duda que acabo de preguntarle.
Un abrazo y bendiciones!»
Rosa.
Respecto a su pregunta “¿el milenio será en el cielo o en la tierra?” En mi opinión, según interpreto la Biblia tiene que ser en el Cielo, como trataré de explicar en el cuerpo de este estudio, en el que presentaré los principales argumentos que conozco y que parece así lo demuestran.
2. Evidencias y argumentos bíblicos a favor de que el Milenio será un tiempo de mil años que los salvados vivirán en el Cielo, reinando con Cristo.
Primero. La segunda venida en gloria de Cristo será perfectamente visible para todo el mundo.
Mateo 24:27-42 (Mr. 13:24-37;Lucas 17:24; 21:25-27): Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Apocalipsis 1:7: He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
Hechos 1:9-11: Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (10) Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, (11) los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Segundo. En el día del juicio final: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (31) Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. (Mateo 24:30-31; Cf. Mateo 25:31-46; Ap. 6:14-17).
Tercero. Cuando venga Jesús en gloria con sus santos ángeles recogerá a todos sus hijos de los cuatro extremos de la Tierra, y resucitará a todos los santos de todas las épocas, y todos ellos transformados en cuerpos celestiales semejantes al de Cristo serán arrebatados a su encuentro:
1 Tesalonicenses 4:13-18: (13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. (14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. (16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.(A) (18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Cuarto. ¿Quién quedará vivo en la Tierra? “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:7-13) Si toda la Tierra será deshecha y quemada ¿Quién quedará en la Tierra durante esos mil años?
2 Pedro 3:7-13: pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. (8) Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. (9) El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (10) Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. (11) Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, (12) esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! (13) Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Razonemos ahora: si la Tierra es quemada y por tanto queda totalmente destruida ¿quién quedará con vida en ella esos mil años en los cuales todos los salvados están reinando con Cristo en el Cielo?
3. Conclusión
En la Tierra solo quedan confinados el diablo y sus ángeles durante esos mil años; y ellos lo van a pasar muy mal porque ya no tienen a quien tentar, pues la Tierra está desierta; estos malos espíritus quedan encerrados en este planeta atados por las circunstancias, y porque Dios no les permite que vayan a ningún otro planeta habitado.
Apocalipsis 20:5: Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años…
¿Qué quiere decir esto? En mi opinión, este pasaje se está refiriendo a la segunda resurrección o resurrección de condenación de la que habló Jesús: “mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. (Juan 5:28,29).
Juan 5:28-29: No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; (29) y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Después de esos mil años los impíos son resucitados para juicio o condenación: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (9) Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:7-10)
Las naciones que están en los cuatro ángulos de la Tierra son todos los resucitados para condenación –eso ocurre después de los mil años– que vuelven a ponerse bajo las ordenes de Satanás e intentan asaltar a la Ciudad amada, “…la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, (11) teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal” (Apocalipsis 21:10-11).
Apocalipsis 21:9-27: Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. (10) Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén,(J) que descendía del cielo, de Dios, (11) teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. (12) Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; (13) al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. (14) Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. (15) El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. (16) La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. (17) Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. (18) El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; (19) y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; (20) el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. (21) Las doce puertas eran doce perlas;(M) cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. (22) Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. (23) La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina,(N) y el Cordero es su lumbrera. (24) Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. (25) Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. (26) Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. (27) No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Y entonces, Dios hará el juicio definitivo y el mal y los malvados serán exterminados para siempre: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (9) Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. (Apocalipsis 21:7-10)
Apocalipsis 20:1-10: Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. (2) Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; (3) y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. (4) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (5) Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (6) Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. (7) Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (8) y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (9) Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. (10) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Quedo a su disposición en lo que pueda servirle.
Un abrazo
Bendiciones
Carlos Aracil Orts
Referencias bibliográficas
*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión Reina Valera de 1960 de la Biblia, salvo cuando se indique expresamente otra versión. Las negrillas y los subrayados realizados al texto bíblico son nuestros.